jueves, 31 de mayo de 2007

CLUC

Cuando uno se despierta frente a ese letargo torpeza, modorra, insensibilidad, enajenamiento del animo que ocasionan los días veloces donde la mente se transforma por oficio del cuerpo en una maquina monótona y poco imaginativa, y acercase por un momento a ese lugar donde el descanso permite apreciar, escuchar y hasta meditar por un instante, sigilosamente el ruido rompe con ese silencio y me permite entrar en el ritmo taciturno que se convierte en armonía espontanea, relajando la mente, y el cuerpo. Me acerco a ese manantial que dia tras dia recibe y concentra el liquido vital del cual todo ser humano necesita y al mismo tiempo desperdicia por simple ignorancia o por falta de sensibilidad a los elementos, la gota cae rompiendo con los canales de oxigeno, mezclándose sin ser notorio y convirtiendo al agua en cristal de movimiento, cada ves me siento mejor, me siento, siento, siento el golpe de goteo, el movimiento, las ondas me transmiten armonía y relajo y justo en ese instante, obtura mi dedo por que la mente esta en trance en estado donde la vida esta próxima a la muerte y logro detener ese momento para recordar el instante en que me sentí bien mirando el lavadero de mi casa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajajajajaja